
Inconsciente de todo poder, es decir, indefensa, decides seguir las pautas de la vida. Para qué detenerse en lo que haces o crees hacer, si vas como sonámbula, no obstante; y con acopio de buenas intenciones te dejas confundir en cada transeúnte, en cada frase que pronuncias o escuchas, en cada pensamiento que explota en tus neuronas, allá al fondo...
Importa menos aún que seas tú la que actúe o la actuada. Alguna tarde te dejas invadir y entonces es como borrar las líneas de una mano y el fado que alguien canta en el metro nos mece como una canción de cuna...
Avanzarás.
Sin embargo, entrar en este lecho es acostarte con los cadáveres de todas las que fuiste.
—Quiero no ser—suspiras... —y despertar mañana, y olvidar...Que sea largo el amor.. que sea largo el olvido...
Y te encierras con llave, porque la noche es corta. Y yo crezco en tu sueño como una mala yerba, como un regusto amargo, como una indignación.
Cuesta renunciar al poemaestrangularse en el silencio que te asaltaboca arriba en la noche y penetra todos los orificiosde lo real
Sería oscuridad acaso yo Pena.destello de lo pétreosequía en pozo oscuro...y permanente el guiñode tus abalorios baratostintineándote, muerte...
No comments:
Post a Comment