Los minutos se suceden interminables,
uno tras otro, uno tras otro.
Aca sentado con la cara mas dura que el corazon de un viejo y
gris, oscuro con una sensacion de los mil demonios,
sonrío a veces por su puesto
con un deseo insoportable de escupir fuego,
dolores que son como certeros
golpes de un cruel mazo
sobre mi angustiada cabeza,
dan paso a un extraño mareo
que recuerdan las escasas horas de sueño
que sobre mi espalda ruedan,
un hombre de finas facciones,
o por lo menos mucho mas finas que las mias,
y mucho mas aun mi cara,
que sobresaliente olor a cloacas que llevaba
este tipo,que elegancia,
al parecer hoy sera otro dia mas...